De construcción romana conocido como del Conde de Miranda, por unir las orillas de su jurisdicción, formó parte de una vía subsidiaria que partía de Augustóbriga (Talavera la Vieja) en dirección a Caesaróbriga (Talavera de la Reina), salvando primero el Gualija, por otro puente llamado del Buho, y alcanzando las alturas del berrocal, cerca de unos baños termales romanos, donde se hallaron bustos de mármol, inscripciones y cimentaciones de edificios.
La obra, realizada a soga y tizón sobre una base granítica, mide ciento once metros de longitud, con un ancho de calzada de tres y medio, tiene una altura de treinta y seis metros, con cinco arcos de medio punto desiguales, el mayor con una luz de quince metros y el menor de tres. Los pilares más gruesos tienen en su base una anchura de nueve metros, con un tajamar triangular y un espolón cuadrado que forma un cuerpo independiente del arranque de los arcos. El Conde de Miranda, reparó y restauró dicho puente, sobre elevando una parte, revocando sus intersticios y dotándole de aliviaderos para soportar la presión de las crecidas.
Durante la Guerra de la Independencia de 1808 fue volado el ojo principal, no siendo reparado y usando barca de remos para vadear el río, en la actualidad se encuentra inundado por las aguas del pantano de Valdecañas.